Como ya comenté en su momento, entre la arquitectura y el diseño industrial de mobiliario hay muchos puntos en común; especialmente, si se trata de la creación de sillas. Cualquier tipo de asiento tiene como función adaptarse a la escala del cuerpo y delimitar y atrapar un momento de reposo, una actitud, un pensamiento o una ubicación espacial.
La MVS Chaise de Maarten van Severen es un ejemplo llevado al extremo de la sencillez de la forma y la funcionalidad, hasta el punto de lograr protagonismo dentro y fuera de una estancia y ser, más que una pieza de mobiliario, un elemento más de conjugación espacial.
Puede adquirir posición reclinada o posición totalmente horizontal, y en ambos casos la firmeza es considerable. Se adapta fácilmente al cuerpo gracias al material elástico que la recubre, sin perder en ningún momento la estabilidad. Lo increíble de esta silla es que parece que se va a romper. Fragilidad e inestabilidad es lo que transmite en un primer momento, a la par que ingravidez. Pero, tras la toma de contacto, demuestra que la confianza proporcionada al ceder nuestro cuerpo a merced de las leyes de Newton es correspondida.
MVS Chaise, una exquisita pieza de diseño que permite levitar a unos centímetros del suelo, o hasta donde la mente quiera llegar.
Para más información: Vitra
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