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jueves, 11 de abril de 2013

Arquitectura oculta

El Museo de Arquitectura Schusev de Moscú ha creado una campaña publicitaria en la que se han expandido bajo tierra edificios característicos de la capital rusa, como la catedral de San Basilio, el rascacielos Kotelnicheskaya (actualmente es una universidad) o el Teatro Bolshói. Las imágenes simulan grandes icebergs urbanos de gran calidad, e incluso llegan a rivalizar con los edificios originales.




 Vía Pixfans.

sábado, 9 de junio de 2012

Lego Architecture

Seguramente, los famosos bloques de Lego fueron la primera toma de contacto con la construcción y el espacio para muchos arquitectos actuales. De esta evidente relación surge la colección Lego Architecture, una serie de reproducciones a escala de grandes hitos en la arquitectura mundial. 


Iconos tan fotografiados como el Big Ben, el Empire State Building o la ópera de Sídney comparten protagonismo con la Casa de la Cascada, el Guggenheim de Nueva York o la Burj Khalifa de Dubái.


Adam Reed Tucker, conocido por sus fastuosas recreaciones y esculturas con Legos, es el encargado del diseño de cada pieza de la colección. Tucker considera que cada una de sus obras no intenta imitar fielmente a sus referentes, sino que profundizan en reinterpretar artísticamente sus conceptos y su esencia



La presentación de los edificios es exquisita. Además de los bloques, en cada caja se incluye un manual explicativo que cuenta la historia del edificio, su arquitecto o su situación, todo ello acompañado por fotografías de planos, alzados y secciones originales. Cada elemento rezuma calidad, elegancia y buen gusto.




Lego Architecture está en constante evolución y se van añadiendo nuevos edificios con cierta regularidad. Además, desde su web se pueden votar varias propuestas de edificios famosos para posibles nuevas reproducciones, como la Sagrada Familia o la torre de Pisa. 

Para más información: http://architecture.lego.com/

miércoles, 7 de diciembre de 2011

La otra cara del Movimiento Moderno (I): Julius Shulman


Es fascinante ver cómo, hace cincuenta, sesenta e incluso setenta años, se construían casas que a día de hoy se calificarían como modernas, como si no hubiera pasado el tiempo ni hubiera habido una evolución desde entonces. Puede que parte de culpa la tengan el auge del minimalismo y las líneas puras, pero lo cierto es que esto se debe a la atemporalidad de las construcciones del Movimiento Moderno. Como ya comenté en esta entrada, lo moderno no es lo nuevo, sino lo que nos llega al presente sin apenas alteraciones de su concepto primigenio. Por eso estas casas han envejecido tan bien.


Muchas de estas viviendas se hicieron famosas tras haber pasado por el objetivo del fotógrafo Julius Shulman (1910-2009). Este maestro de la instantánea arquitectónica es conocido por inmortalizar grandes obras como la Case Study House nº 22 de Pierre Koenig, también conocida como la Stahl House –de la que ya hablé en los inicios de este blog–, La Kaufmann House de Richard Neutra o la Case Study House nº 9 de Eames y Saarinen. Por supuesto, esto es la punta de un gran iceberg que se esconde bajo el mar de documentos de la prolija carrera de Shulman. 

 
La revista arts & architecture promovió, mediante el Case Study House Program, una visión innovadora de lo que tenía que ser el espacio arquitectónico, salpicando el Oeste de Estados Unidos –sobre todo en California– de pequeñas joyas experimentales como modelo de una vida moderna y progresista, con el fin de salir con fuerza de la posguerra. El fotógrafo que capturó las imágenes que se difundieron en la arts & architecture fue Shulman, que supo sintetizar todas las intenciones de las Case Study Houses y mostrar los valores que se pretendían difundir. El resultado fue altamente satisfactorio.


Pero la obra de Julius Shulman no se reduce a unas cuantas fotografías de edificios famosos. Lo cierto es que esos edificios ganaron su fama y su reconocimiento gracias a la buena mano y al buen ojo de Shulman. Hay, en cambio, decenas de edificaciones que se han quedado en un segundo plano, a pesar de ser totalmente representativas del Movimiento Moderno. La diosa Fortuna es caprichosa, así que unos edificios han tenido mejor suerte que otros en su salto hacia la fama arquitectónica. Shulman realizó alrededor de 6000 encargos en 50 años, por lo que la extensión de su obra es considerable.

En Modernism Rediscovered, de Taschen, se han encargado de recopilar fotografías representativas del Movimiento Moderno a través de los ojos de Julius Shulman, y cada cierto tiempo se podrán observar aquí, como homenaje a toda una vida dedicada al análisis, al buen hacer y a la sensibilidad hacia la arquitectura. 


miércoles, 19 de octubre de 2011

Recorriendo la Torre Iberdrola

A la espera de que pueda hacerlo físicamente, Iberdrola ha puesto a disposición de quien quiera un recorrido virtual por las partes más atractivas de su nuevo hito en el cielo de Bilbao, como el atrio, el restaurante e incluso el helipuerto. Además de las fotos de dentro y fuera de la torre también pueden apreciarse las diferentes perspectivas por toda la geografía de la capital vizcaína.
Visita virtual de la Torre Iberdrola.


Casas encantadas

La madera del suelo gritaba de dolor a cada paso que daba. Ese fuerte olor a humedad que me acompañaba desde que entré a la vieja casa de la colina se hacía cada vez más y más intenso. Las manos me temblaban como resultado de un cóctel fatal de entusiasmo, alcohol y miedo, mucho miedo. La linterna del móvil se apagó. "¡Mierda!", pensé. Me había quedado sin batería. A pesar de la falta de luz, continué caminando por aquel estrecho pasillo que conducía a lo que parecía ser el salón. La vieja leyenda de tertulia vespertina con los amigos contaba que, en las noches sin luna, podía percibirse la silueta de una mujer vestida de blanco, mirando al infinito a través del gran ventanal que dominaba la colina. 
Por fin, llegué al final del corredor. La doble puerta que separaba ambos espacios estaba entreabierta. Al abrirla del todo, me estremecí por el chirriar de las antiguas bisagras. Tal y como había imaginado, me encontraba en el salón de la vivienda. Aquel lugar había sido testigo de fiestas, lujo, excesos y ostentosidad. La tímida iluminación de las estrellas entraba por aquel enigmático ventanal. No había luna en el firmamento. Los muebles cubiertos de inerte polvo me observaban. Una escalera de caracol se retorcía alrededor de una columna de madera hasta alcanzar la entreplanta, de la cual podían atisbarse tubos de lo que presumiblemente era un órgano. 
De pronto, mis oídos percibieron algo. Un susurro. Un chasquido. Las paredes se quejaban de mi presencia, o puede que hubiese alguien más conmigo. El olor a humedad invadía mis fosas nasales. La sugestión se hizo presa de mí. Al mirar con más detenimiento hacia la escalinata, comprobé que alguien bajaba sigilosamente por ella. Una sombra. Se deslizaba lentamente, pero sin detenerse. No era la silueta que decían que se veía por el ventanal, no. Pero tampoco me quedé más tiempo en ese lugar para comprobarlo. Las piernas me enseñaron el camino de vuelta incluso antes de que yo les enviara ninguna orden.


El miedo a lo desconocido ha evolucionado en paralelo al desarrollo humano desde que la persona fue consciente de su propia existencia. Si antiguamente lo más temido eran los dioses, los monstruos de allende los mares o las brujas, hoy se mezcla el folklore de muchos países con las nuevas tecnologías y los lugares de tragedias. Zombies, vampiros y creaciones científicas que superan los límites éticos de la ciencia van de la mano con hospitales malditos, ruinas de guerra o aparatos electrónicos poseídos por un ente maligno. El mejor medio que plasma toda esta intrincada red de temores es el cine. A pesar de que la literatura es más imaginativa, la radio es más sugestiva y los videojuegos son más inmersivos, el cine comparte muchas de las características de los soportes antes citados y añade el elemento secuencial del fotograma, que siempre es el mismo para cada visionado. La ventaja que tiene es que es fácil recurrir a él. En la memoria colectiva se encuentran la escena de la ducha con el estridente sonido de cuerda de 'Psicosis', la cara diabólica de Jack Nicholson a través de una puerta en 'El resplandor' o el característico tono verde de los fluidos que expulsa la niña de 'El exorcista'.


Aunque los temas del miedo hayan ido adaptándose a cada cultura y época, hay un elemento que siempre se ha mantenido actual: las casas encantadas, los lugares donde las personas desarrollan sus vidas. Como variante se encuentran los castillos, museos, oficinas, orfanatos, iglesias (y cementerios) y otros edificios. El hechizo de estos lugares parece encontrarse únicamente en el interior de sus dimensiones. Si estás fuera de una casa encantada, no te preocupes, el fantasma no irá a perseguirte. Sin embargo, ten cuidado si te atreves a adentrarte en los dominios de lo desconocido, porque estás en territorio ajeno a lo vivo.

Las leyendas urbanas ayudan a que el mito de las casas encantadas siga vivo. En todas las ciudades y pueblos hay casas abandonadas que expresan un vacío más allá de la propia deshabitabilidad. Se crea un halo de misterio a su alrededor y la gente empieza a especular sobre las razones del abandono. "Hubo un incendio y murió gente", "aquí enviaban a los enfermos terminales", "el dueño desapareció sin explicación". Aparece el sentimiento romántico que ya se manifestó en el siglo XIX, y las historias vuelan de una boca a otra. Las paredes son los testigos mudos de todo lo que ocurre en el interior de las viviendas embrujadas, y con ellas se queda el secreto que la gente intenta averiguar.


Vivimos en una sociedad tecnológicamente avanzada y científica. Paradójicamente, seguimos teniendo miedo de los espíritus, de los monstruos, de los seres extraños que sólo existen cuando apagamos la luz, o de los cuerpos que emergen de sus tumbas en busca de nuestros jugosos cerebros. Hemos aprendido que estos elementos son imposibles de darse en la naturaleza -al menos, eso nos han contado-. En cualquier caso, todo el mundo tiende a sentir miedo, un poquito aunque sea, si se va la luz, no hay nadie en casa y, de repente, suena el teléfono. En seguida nos vienen los fotogramas de decenas de films y nos preguntamos: "¿Pasará lo mismo en mi casa?".

lunes, 5 de septiembre de 2011

'Comme des Garçons' y el compromiso de Rei Kawakubo


En este mundo globalizado, donde todo está en todas partes y en ningún lugar al mismo tiempo, la moda siempre ha tendido a quedarse en el hemisferio occidental. Sin embargo, desde el lejano oriente también hay firmas y propuestas de gran éxito. Este es el caso de 'Comme des Garçons', una marca japonesa de la mano de Rei Kawakubo, una mujer visionaria que ha logrado, mediante esfuerzo, dedicación y saber hacer, un imperio textil de primera línea.
Esta mujer es el claro ejemplo de que el arte es arte en su definición. Su labor principal es la de crear moda, y para ello, bebe de todas las fuentes artísticas y busca sin cesar elementos que pueda aplicar a sus diseños. Especialmente, se fija en la arquitectura, ya que en ella encuentra funcionalidad y perspectivas únicas que juegan con el espacio-tiempo.



Lo que diseña y el lugar donde lo expone y vende forman un binomio que convierte a las tiendas de 'Comme des Garçons' en una pequeña maravilla. Su flagship está en la exclusiva calle Aoyama, en una lujosa zona comercial de Tokio. 700 metros cuadrados de diseño arquitectónico y textil que, de ir por separado, no causarían la misma sensación ni crearían la misma reacción.
Para la creación de este fabuloso espacio, contó con un genial equipo abanderado por el interiorista Takao Kawasaki y el estudio de arquitectos Future Systems. Desde la calle, el escaparate ondulado deja entrever el interior de la tienda, aunque sin definir claramente lo que se expone. Por tanto, invita al comprador a adentrarse en el interior del local, que rápidamente se dará cuenta de que, más que ver ropa, la irá descubriendo. Puede parecer laberíntico, pero cumple a la perfección con la intención de Rei Kawakubo de sorprender e impactar.



Otra tienda característica de la marca 'Comme des Garçons' es la situada en la rue du Faubourg Saint-Honoré de París, justo enfrente de l'Élysée. El equipo encargado de su creación fue similar al del local de Tokio, salvo que, en esta ocasión, contó con la participación de Ab Rogers, hijo del famoso Richard Rogers. Lo más llamativo de la boutique parisina es el color rojo predominante y en contraste con el blanco. Se puede intuir desde la calle, a pesar de la sobriedad de la entrada.
Rei Kawakubo cuida hasta el más mínimo detalle del proceso de diseño de las prendas, teniendo siempre presente el desarrollo artístico. En su tienda de la ciudad de la luz le da más énfasis, y crea espacios exclusivos para que el comprador simplemente 'esté', además de concentrar en pequeños expositores las colecciones de ropa, dando la sensación de estar en un espacio realmente amplio donde el pequeño detalle es el que le otorga la relevancia al mismo.
Según la propia Kawakubo, "el color rojo es tan intenso como el negro. Y queda mejor en la fibra de vidrio. Crear una tienda es como fabricar ropa: es necesario estimular a la gente y darles energía. El impacto y el factor sorpresa deben estar presentes".

Todas las tiendas 'Comme des Garçons' son un espacio especial y que rompe con la idea que se tiene de lo que es una tienda de ropa. Rei Kawakubo ya rompió la forma occidental de entender la moda. ¿Por qué no hacerlo también con sus boutiques?




miércoles, 3 de agosto de 2011

Fiesta en casa




O, mejor dicho, casa de fiesta. Es en lo que se ha convertido la Stahl House, tambien conocida como Case Study House Nº 22, una serie de experimentos arquitectónicos del Movimiento Moderno en EEUU -más información aquí-.

En un enclave perfecto, en la zona alta de Los Ángeles, donde viven muchas estrellas de Hollywood, con unas vistas impagables de la inmensidad de la segunda ciudad estadounidense, se sostiene casi por arte de magia esta creación de Pierre Koenig de finales de los '50. Su característica forma de L en planta, junto con sus cerramientos en su mayor parte acristalados, permiten un soleamiento perfecto en una orientación envidiable. La falta de precipitaciones de la zona se compensa con el aire fresco que fluye libre en su enclave, perfecto para una velada acompañada de un baño en su piscina.



Este modelo de casa, que guarda cierta similitud con la Villa Mairea en cuanto a su disposición, ha sido imitado hasta la saciedad en todo el estado de California, y también en otras partes del país en menor medida.


Es famosa por aparecer en innumerables producciones, tanto cinematográficas como televisivas, e incluso ha tenido algún cameo en 'Los Simpson'. Pueden realizarse visitas guiadas, pero el uso más exclusivo de este embajador del Modernismo en América es el de fiestas privadas. ¿Quién no ha querido hacer alguna vez una fiesta con piscina, cócteles, buena música, privacidad y vistas privilegiadas? Una vez encontré de casualidad el precio, y creo que rondaba los 4000$, así que no se lo puede permitir cualquiera.

Actualmente, la Stahl House pertenece a la familia Stahl, y para realizar las visitas, reuniones o fiestas, hay que tener su permiso, otorgado tras exponer el uso que se le dará a la casa. Así que aunque pagues un dineral no te servirá de nada si no convences a los dueños. Aun así, me da la impresión de que son simpáticos, ya que una vez me puse en contacto con ellos para obtener los planos del edificio y me los ofrecieron encantados -al final no me hicieron falta-.

Una pequeña gran obra arquitectónica de mediados del siglo XX que merece ser visitada si se tiene la oportunidad de viajar a Los Ángeles.