viernes, 5 de abril de 2013

Arquitectura indie


Música, cine, ropa, videojuegos, cómics... A todos ellos se les puede añadir la coletilla indie para otorgarles un aparente valor añadido que gusta por ir en contra de las masas y convertirse en alternativo. La filosofía indie, que consiste en no depender de lo establecido ni de las modas, está paradójicamente más de moda que nunca. Como corriente estética, se relaciona con el posmodernismo y la recuperación de elementos de décadas pasadas, incorporándolos a los actuales y creando una ecléctica mezcla.

Pero la verdadera consideración de lo indie viene de su propio significado: independiente; toda producción creativa que no se fundamenta en el mercado y que, en consecuencia, no requiere de grandes inversiones para su desarrollo. 

En general, cualquier desarrollo arquitectónico convencional está relacionado con grandes inversiones de capital y con la presencia de un cliente que solicite previamente la creación de proyecto. Sin embargo, la arquitectura indie huye de estos preceptos para impulsar edificios y actuaciones urbanas que no respondan al mercado, sino a las necesidades de la ciudadanía.


Así es como lo entiende el estudio estadounidense !ndie architecture, ubicado en Denver. Su meta es la búsqueda de vías alternativas de diseño y construcción de edificios, espacios públicos y redimensionamiento urbano, alejándose de los patrones habituales establecidos por el mercado mayoritario y masificado.




A pesar de las buenas intenciones de !ndie architecture –y de contar con un nombre muy explícito–, lo cierto es que este estudio, en la práctica, solamente se puede considerar indie en cuanto a sus desarrollos conceptuales. Pero cumplen su cometido final, que es el de apostar por un modelo de ciudad diseminada y alejada de la producción masificada.


El concepto de arquitectura indie es llevado al extremo con la Kultuurisauna, una sauna que está siendo construida en Helsinki sin ningún tipo de apoyo económico más que el de sus creadores, Tuomas Toivonen (arquitecto) y Nene Tsuboi (diseñadora). Su filosofía consiste en «crear espacios para conseguir un mundo más agradable y entretenido», y esta sauna es su primer proyecto. 



Lo más característico de este proyecto es que son los creadores los que financian íntegramente, no sólo la construcción, sino el mantenimiento y la gestión de la sauna. Cuentan con un blog de las obras, que van actualizando a medida que avanzan. 
Este ejemplo de arquitectura indie sería el más independiente, pero también el más inaccesible, porque muy poca gente cuenta con el capital necesario para enfrentarse a los gastos de pasar del papel a la realidad un proyecto arquitectónico.


El estudio ZUS (Zones Urbaines Sensibles), ubicado en Rotterdam, tiene como objetivo abordar la arquitectura desde una perspectiva reivindicativa y en constante diálogo con los ciudadanos y el entorno, yendo en contra de los principios del Estilo Internacional y de las necesidades que establecen los mercados.




ZUS es un estudio consagrado en Holanda y no necesita especializarse en la arquitectura indie, pero su modo de entender el desarrollo arquitectónico y urbano ha evolucionado hasta la puesta en marcha de proyectos indie financiados a través del crowdfunding (financiación colectiva mediante microtransacciones), como el Luchtsingel, una pasarela de madera de 350 metros de longitud para conectar el centro de Rotterdam con una estación situada al norte de la ciudad. ZUS pretende así involucrar a la ciudadanía creando proyectos antes de tener clientes que los soliciten. En el caso de Luchtsingel, el incentivo para fomentar la microinversión consiste en añadir el nombre del donante en el tablero de la pasarela.

Y es que el crowdfunding se ha convertido, en pocos años, en uno de los pilares fundamentales para la financiación de buenas ideas para creadores con bolsillos pequeños, así que no es de extrañar que esta tendencia haya alcanzado a la arquitectura para que se desarrolle de forma independiente. 



En Kickstarter se pueden encontrar muchas ideas interesantes, como Softwalks, para convertir los andamios a pie de calle en espacios de paseo amables para la ciudadanía, o The Uni, una biblioteca portátil para espacios públicos de fácil transporte para acercar la literatura a todo aquel que lo desee.

Al final, lo relevante en la arquitectura indie es tener buenas ideas, y centrarse en buscar las necesidades de las ciudades sin esperar a que un cliente lo solicite.


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