miércoles, 7 de diciembre de 2011

La otra cara del Movimiento Moderno (I): Julius Shulman


Es fascinante ver cómo, hace cincuenta, sesenta e incluso setenta años, se construían casas que a día de hoy se calificarían como modernas, como si no hubiera pasado el tiempo ni hubiera habido una evolución desde entonces. Puede que parte de culpa la tengan el auge del minimalismo y las líneas puras, pero lo cierto es que esto se debe a la atemporalidad de las construcciones del Movimiento Moderno. Como ya comenté en esta entrada, lo moderno no es lo nuevo, sino lo que nos llega al presente sin apenas alteraciones de su concepto primigenio. Por eso estas casas han envejecido tan bien.


Muchas de estas viviendas se hicieron famosas tras haber pasado por el objetivo del fotógrafo Julius Shulman (1910-2009). Este maestro de la instantánea arquitectónica es conocido por inmortalizar grandes obras como la Case Study House nº 22 de Pierre Koenig, también conocida como la Stahl House –de la que ya hablé en los inicios de este blog–, La Kaufmann House de Richard Neutra o la Case Study House nº 9 de Eames y Saarinen. Por supuesto, esto es la punta de un gran iceberg que se esconde bajo el mar de documentos de la prolija carrera de Shulman. 

 
La revista arts & architecture promovió, mediante el Case Study House Program, una visión innovadora de lo que tenía que ser el espacio arquitectónico, salpicando el Oeste de Estados Unidos –sobre todo en California– de pequeñas joyas experimentales como modelo de una vida moderna y progresista, con el fin de salir con fuerza de la posguerra. El fotógrafo que capturó las imágenes que se difundieron en la arts & architecture fue Shulman, que supo sintetizar todas las intenciones de las Case Study Houses y mostrar los valores que se pretendían difundir. El resultado fue altamente satisfactorio.


Pero la obra de Julius Shulman no se reduce a unas cuantas fotografías de edificios famosos. Lo cierto es que esos edificios ganaron su fama y su reconocimiento gracias a la buena mano y al buen ojo de Shulman. Hay, en cambio, decenas de edificaciones que se han quedado en un segundo plano, a pesar de ser totalmente representativas del Movimiento Moderno. La diosa Fortuna es caprichosa, así que unos edificios han tenido mejor suerte que otros en su salto hacia la fama arquitectónica. Shulman realizó alrededor de 6000 encargos en 50 años, por lo que la extensión de su obra es considerable.

En Modernism Rediscovered, de Taschen, se han encargado de recopilar fotografías representativas del Movimiento Moderno a través de los ojos de Julius Shulman, y cada cierto tiempo se podrán observar aquí, como homenaje a toda una vida dedicada al análisis, al buen hacer y a la sensibilidad hacia la arquitectura. 


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