viernes, 22 de marzo de 2013

Líneas verticales


En base a la proyección cilíndrica, las líneas paralelas siempre se van a juntar en el infinito. Esta afirmación no es más que un eufemismo para determinar que jamás se unirán, que permanecerán una frente a la otra, equidistantes y aburridas, prolongadas hasta la eternidad. 

El símbolo " = " es la representación más obvia de ese paradigma. «No hay nada que sea más igual que dos líneas paralelas», por eso lo utilizamos actualmente para mostrar el resultado de las operaciones matemáticas. Lo que llama la atención es que estas dos líneas paralelas sean horizontales.

Seguramente se deba al azar y no tenga ninguna razón motivada para explicar por qué las líneas del símbolo de igualdad son horizontales. Y, precisamente por eso, se entiende perfectamente. La mente humana tiende a crear simplificaciones útiles de todo lo que percibe para no aturullarse con la ingente cantidad de información que le llega a través de los sentidos. A esta conclusión llegó la Gestalt, que con una serie de razonamientos y experimentos psicológicos demostró que nuestros cerebros intentan algo que va en contra de la ley de la entropía: ir del caos al orden


Las líneas horizontales expresan reposo, relajamiento, quietud e infinitud. Son características fácilmente atribuibles a un horizonte. Nuestra forma de leer es –salvo en casos culturales concretos– horizontal, al igual que nuestra forma natural de desplazarnos. Curiosamente, cuando dos líneas paralelas se prolongan en la distancia, nuestra mente interpreta que se están juntando en un punto de fuga perdido en el horizonte. 

En la arquitectura, las líneas horizontales tienen las mismas características antes citadas, al igual que en el resto de manifestaciones visuales. Sin embargo, automáticamente llegan a nuestra mente las imágenes  de columnas, torres o antenas. Ante la opción de construir edificios que evoquen la estabilidad y la calma de la horizontalidad, el ser humano siempre ha elegido transgredir y elevarse.


Las líneas verticales son tensión, fuerzas en conflicto y solemnidad. A pesar de que la mente humana perciba peor lo vertical y lo distorsione, esta es la forma que ha elegido el ser humano para crear los espacios en los que desarrolle sus actividades. Es cierto que arquitectos como Frank Lloyd Wright trabajaron en el énfasis de la importancia de la línea horizontal, pero incluso en sus obras hay lineas que inevitablemente apuntan al cielo y se hacen notar.

Por lo tanto, lo que queda claro es que las líneas verticales, cuando son paralelas, no se juntan en el infinito, sino en el cielo al que tanto ansían llegar





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