martes, 30 de agosto de 2011

Buscando un lugar en el mundo




Alma inquieta, buscadora de la felicidad y de nuevos mundos. Te has perdido y no sabes cómo volver. ¿Adónde? Si no perteneces a ningún lado, nunca te sentirás perdida. Inquieta pensar que hay que encontrar un lugar, el lugar, para hacer eso que unos llaman sentar la cabeza, otros, hacerse mayor. Yo lo llamo pasarse al lado oscuro.

Los marineros saben de lo que hablo. El mar es el mar, allá donde encuentre orillas. Cuando intentamos buscar el lugar adecuado en el que estar, no nos damos cuenta de que primero tenemos que perdernos totalmente y olvidarnos del invento humano de las fronteras. Siempre sentiremos algo especial por el lugar del que partimos, pero no sentir una pertenencia real nos hace exentos de cualquier enlace con un cacho de tierra. 

La arquitectura no debería pasarse al lado oscuro. A nosotros no nos queda otro remedio, si es que queremos tener un trabajo, una familia, una estabilidad económica... Pagando por ello el alto precio de los ideales que teníamos antes de hacernos mayores. Ahí está el lado oscuro, cuando desaparecen todas las luces que queríamos ver por el camino. 



Un edificio se asienta sobre una base sólida para que no se caiga, luchando contra la gravedad y las acciones externas. Y ahí es donde está su único contacto con el suelo: en el suelo. Pero el resto asciende, desciende, se mueve, recoge el espacio, lo manipula, lo transforma.  El cometido de la arquitectura es darle un lugar al ser humano para vivir o para desarrollar sus actividades. Quiere que la persona que la disfruta encuentre ese lugar tan ansiado. 

Nunca nos paramos a pensar que las paredes que ahora mismo nos rodean han sido diseñadas por una cabeza pensante cuya meta ha querido transmitir mediante lo que ha proyectado. Y si lo consigue, si realmente llega a crear un espacio en el que se pueda sentir que es un hogar, un lugar en el que estar, habrá hecho bien su trabajo. Para mí, eso es arte. 

Encontrar un lugar en el mundo no siempre implica tener que realizar un largo viaje recorriendo junglas con machete en mano o coleccionando todas las camisetas de Hard Rock Café existentes. Encontrar un lugar en el mundo se trata de seguir viendo todas esas luces que antes veíamos a pesar de estar en ese lado oscuro. Es como mirar al negro cielo nocturno sabiendo que siempre estará estrellado, por muchas nubes que lo tapen.


Alma inquieta, no dejes nunca de serlo. En las ganas de seguir buscando está la clave. Y encontrarás ese pequeño rincón en el que tan bien te sientes.

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