"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir"
Un futuro decadente y avanzado tecnológicamente de forma dispar, en una lucha interna entre humanos y replicantes. 'Blade Runner', un referente de la ciencia-ficción de todos los tiempos. Siguiendo con la tónica de comentar películas sobre futuros alternativos –es lo que más juego da, de argumento y también arquitectónicamente hablando–, hoy toca hablar de una película que a veces pasa desapercibida para el gran público actual, y que incluso sorprende que esté protagonizada por Harrison Ford.
Coches voladores, pantallas que ocupan edificios enteros, artilugios inexistentes y, lo más importante, seres específicamente creados por el hombre a modo de bio-robots llamados replicantes. Viendo las primeras escenas de la ciudad mostrada, es fácil pensar que se trata de Tokio o Hong Kong, o cualquier gran urbe asiática. Pero no, la "utopía" futurista es nada más y nada menos que Los Ángeles en el año 2019. ¿Por qué tanta referencia a Japón?
Esta película fue rodada en 1982, en una época en la que el país nipón ascendía con velocidad y se asentaba en nuestras casas. Cualquier objeto era Made in Japan, sobre todo los de electrónica. Paralelamente, la cultura oriental estaba entrando con fuerza en las costumbres occidentales, y palabras como sushi o karate se habían hecho muy populares. Muchos expertos creían que el mundo acabaría siendo orientalizado, en una regresión de los valores que Occidente había impuesto a lo largo de los siglos. El tiempo, sin embargo, no les ha dado la razón.
El estilo visual de la película es el cyberpunk, una mezcla de alta tecnología con algún tipo de reivindicación social. A pesar de que el film no haya sido el origen del movimiento, sí ha sido uno de sus grandes precursores. Prueba de ello es que todavía se pueden ver muchas referencias suyas en creaciones posteriores.
En los edificios se puede apreciar la misma intención de la apariencia. Se nota que Ridley Scott ha hecho gran hincapié en el aspecto de todos los elementos de la película. Muchas de las construcciones parecen totalitarias y caóticas, haciendo referencia claramente a Metrópolis e intentando mostrar una sociedad uniformada y homogénea, que se limita a existir. La idea de que "no hay futuro" se aprecia a lo largo de los 117 minutos del largometraje. Los modernos edificios tecnológicos conviven con otras edificaciones que también lo intentaron ser en el pasado, pero que ahora están casi en la ruina.
'Blade Runner' no es espectacular. Ni de argumento ni de efectos especiales. El film está basado en el libro '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?', de Philip J. Dick, pero no se ciñe a él.
La trama gira alrededor de los ya mencionados replicantes, que han de ser neutralizados por varios accidentes ocasionados. Estos androides, genéticamente creados, tienen como objetivo realizar trabajos forzosos que los humanos no pueden hacer, y viven 4 años como máximo. Este hecho desencadena varias fugas de los replicantes más avanzados, en una búsqueda existencial. La controversia de llegar a crear seres que piensen por sí mismos, tengan conciencia, recuerdos y emociones, es el pilar fundamental de la película.
El blade runner es el agente especial encargado de la búsqueda de los replicantes fugados, papel que recae en un retirado Rick Deckard –Harrison Ford–, ya que en su tiempo en servicio fue el mejor. Tras varias vueltas en la investigación, se encuentra con una replicante cuya memoria ha sido modificada para creer que ha tenido una vida humana, y se enamoran. La parte de amor de esta película es, en pocas palabras, un tostón. Es la culpable de que baje constantemente el ritmo de toda la trama –que en muchos puntos ya flojea–, y, en mi opinión, es bastante prescindible.
El replicante más fuerte de todos es el personaje más complejo y elaborado de
'Blade Runner'. Es la muestra de que el ser humano ya ha perdido las ganas de vivir y simplemente se limita a existir, entre nacer y morir. La muerte, ese denominador común que el replicante tiene constantemente en la cabeza. No quiere morir bajo ningún concepto, no le bastan los 4 años de limitada vida -en términos de tiempo- que se le han dado.
La forma de plantear el existencialismo replicante pone de manifiesto la poca humanidad del ser humano, y la paradójica humanidad de seres creados simplemente para desempeñar funciones a modo de robot. ¿Cuál es la meta en la vida? Parece que en la película, los que más tiempo tienen para llevarla a cabo son a los que más indiferencia les causa. Tal vez deberíamos aprovechar más nuestra condición de ser humano para que, llegado el momento fatídico, no nos arrepintamos de todas aquellas cosas que quisimos y pudimos hacer pero no hicimos. La elocuente frase que este replicante menciona justo antes de morir, y que encabeza este post, es prueba de ello.
Su banda sonora es genial, pero sólo a veces. No se puede esperar nada mediocre de Vangelis, y en este film no decepciona. A pesar de todo, hay partes de la película que se hacen lentas, porque ya de por sí lo son, y porque la música las ralentiza todavía más. Pero no pasa nada. Vangelis combina electrónica y clasicismo como siempre, y deja un sabor de boca agradable.
'Blade Runner', no tan fantástica visualmente como el gran referente, 'La guerra de las galaxias', pero que tampoco ha necesitado una gran puesta en escena para hallarse entre las imprescindibles obras de ciencia-ficción de todos los tiempos, de cualquier ámbito o formato. Totalmente recomendable, pero hay que verla con ganas, ya que de no ser así se vuelve algo tediosa.
Para quien no se atreva con las dos horas, aquí os dejo la escena que considero más importante.
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